|
Brockbank, Anne e Ian McGill. (2002). Aprendizaje
reflexivo en la educación superior. Madrid: Ediciones
Morata. Colección: Manuales de Pedagogía
(Edición en inglés. Facilitating reflective
learning in higher education. 1999. Buckingham: Open
University Press)
Pp. 311
21,44 euros (sin IVA) ISBN 84-7112-452-1
Reseñado por Teresa Torres Coronas
Universitat Rovira i Virgili
24 de octubre de 2002
Abstract
This book offers hope and the practical means for university
and college teachers seeking a new experience of learning, for
their students and themselves. The book deals with learning which
is real, genuine, relevant to learners now and for the future
which is significant for their lives. Such learning embraces
their relationships, work and careers, community, society and
their world. Anne Brockbank and Ian McGill provide direct support
for teachers who wish to move from teaching toward facilitating
learning, thereby transforming the relationship between teacher
and learner and between learners. Information technology, whilst
useful, is not a substitute for the learning advocated here;
facilitation enables learners to use technology complementarily
as a part of the learning process. This book enables teachers to
acquire an understanding of facilitation and to enhance their
ability to facilitate rather than teach in the traditional way.
The authors emphasize the centrality of engaging in reflective
dialogue with both colleagues and students. They explore the
significance of emotion and action as well as cognition in
learning. In addition they examine how teachers can best create
the conditions for reflective learning.
Resumen
El libro ofrece instrumentos prácticos para aquellos
profesores de educación superior que busquen una nueva
experiencia de aprendizaje, tanto para sus estudiantes como para
ellos mismos. El libro trata un tipo de aprendizaje real,
genuino, relevante para el que aprende, ahora y en el futuro.
Este tipo de aprendizaje se extiende a las relaciones, trabajo y
carrera, comunidad, sociedad y, en general, al mundo del que
aprende. Anne Brockbank e Ian McGill proporcionan un apoyo
directo a los profesores que desean moverse de la enseñanza
tradicional a la facilitación del aprendizaje,
transformando, de esta forma, las relaciones entre profesor y
alumnos o entre los propios alumnos. Las tecnologías de la
información, aunque útiles, no son un sustituto del
método de aprendizaje propuesto en el libro; la
facilitación permite a los que aprenden usar la
tecnología de forma complementaria, como parte del proceso
de aprendizaje. El libro permite a los profesores adquirir
conocimiento sobre el proceso de facilitación e incrementar
sus habilidades como facilitadores. Los autores enfatizan la
importancia del diálogo reflexivo entre colegas y alumnos y
exploran la importancia de la emoción, la acción y la
cognición en el aprendizaje. Al mismo tiempo, examinan
cómo pueden los profesores crear las mejores condiciones
para el aprendizaje reflexivo.
Aprendizaje reflexivo en la educación superior
¿Cuál es la base del conocimiento? ¿Cuál
es el modo correcto de enseñar y aprender? Éstos son
los grandes interrogantes que el libro de Anne Brockbank e Ian
McGill, Aprendizaje reflexivo en la educación
superior, ayudan a resolver. A lo largo de la obra, los
autores dejan clara constancia que el aprendizaje reflexivo es la
base del conocimiento. Pero, a su vez y, entre líneas, puede
hacerse otra lectura del modelo como una herramienta que ayuda a
formar personas creativas. Pues éste es sin duda el fin
último de la educación superior. Como señala
Abraham H. Maslow (2001: 127)
“De poco sirve, por ejemplo que los profesores de
ingeniería enseñen a sus alumnos todas las
técnicas que ellos mismos aprendieron en sus años
universitarios. Esas técnicas son en la actualidad casi
inservibles. … ¿Cuál es entonces el modo correcto
de enseñar a la gente a ser, por ejemplo, ingenieros? Es
evidente que debemos enseñarles a ser creativos, al menos en
el sentido de ser capaces de enfrentarse con lo nuevo e
improvisar. No deben temer el cambio, sino que más bien
deben poder sentirse a gusto con el cambio y lo novedoso y, a ser
posible (porque es lo mejor de todo), incluso disfrutar con ello.
Esto significa que debemos enseñar y preparar a los
ingenieros no según los viejos modelos, sino en el nuevo
sentido de formar ingenieros creativos”
El resultado de la puesta en práctica de la
metodología propuesta por Anne Brockbank e Ian McGill, el
aprendizaje reflexivo, va en esta línea. Pero,
¿cómo? Para los autores, la clave del aprendizaje son
las relaciones, la fusión de la experiencia personal y la
experiencia ajena (es decir, la de otros alumnos y la de los
docentes); un principio que se refleja claramente en la
estructura y contenido de la obra y que constituye un paso
decisivo para acabar con la enseñanza transmisiva.
Uno de los puntos fuertes de la obra de Anne Brockbank e Ian
McGill es su estructuración en tres partes de estilos,
contenidos y finalidades claramente diferenciadas. En la primera
parte, de carácter teórico, se revisan las teorías
del aprendizaje que sirven de sustento a un modelo que impulsa
tanto el aprendizaje instrumental como el transformacional. La
segunda parte ayuda al lector a profundizar en la práctica
del aprendizaje reflexivo y, finalmente en la tercera parte se
ofrecen ejemplos-guía para poner en práctica el
aprendizaje reflexivo. En consecuencia, se trata de un recorrido
lógico diseñado para transportar al lector de la
teoría a la acción.
Sin embargo, y contrariamente a lo que parece, no se trata de
una obra con una estructura lineal o secuencial. Parte de su
valor añadido reside en que el lector no debe necesariamente
seguir el orden lógico de lectura a la que la mayoría
de manuales nos tienen acostumbrados. Un lector experimentado que
conozca las bases teóricas del aprendizaje reflexivo puede,
sin pérdida de valor, empezar a leer por la segunda parte o
saltar directamente a los ejemplos finales. Esta particularidad
dota al libro de gran flexibilidad y versatilidad, confiriendo a
cada una de las tres partes su propio fin y público
objetivo.
En líneas generales el libro se dirige a “los
profesores, los estudiantes, los responsables de la
formación y desarrollo profesional del profesorado y quienes
influyen en la política, a sabiendas de que estas funciones
pueden intercambiarse” (p. 21). El libro ayuda a los
profesores porque les ofrece un plan de acción, un
método de trabajo para la puesta en práctica del
aprendizaje reflexivo así como, un modelo para reflexionar
sobre su propia práctica profesional; y, a los estudiantes
les ofrece un instrumento para meditar y aprender sobre su propio
aprendizaje.
Pero, ¿qué es lo que este público variopinto
puede exactamente encontrar en esta obra sobre aprendizaje
reflexivo? Y, ¿qué puede echar de menos?
Parte I. Aprendizaje y reflexión
Nada mejor que una buena historia para demostrar la bondad de
un modelo. En el Capítulo I, los autores deleitan al lector
con su experiencia personal, animándole a participar
activamente con sus propias reflexiones. La historia de Anne e
Ian, contadas en primera persona, y la pregunta final que ambos
se hacen (¿Qué he aprendido sobre mi propia
experiencia?) son lo la clave de la bondad del modelo: los seres
humanos aprenden mejor de las historias. Porque, realmente,
¿qué es necesario para que algo tenga sentido? Una
buena historia. En palabras de Kark Weick (1995: 60-61) (citado
en Davenport y Prusk, 2001: 95):
“La respuesta es… algo que preserve lo plausible y
coherente; algo que sea razonable y fácil de memorizar; algo
que abarque la experiencia previa y las expectativas; algo que
resuene en otras personas; algo que pueda ser interpretado en
retrospectiva, pero que también se pueda usar en
perspectiva; algo que capture tanto sentimientos como
pensamientos; algo que permita que las mejoras encajen en las
imperfecciones actuales; algo que sea interesante proyectar. En
resumen, lo que es necesario para que algo tenga
sentido”.
En la sociedad del conocimiento, esta forma de actuar
constituye una excelente manera de convertir el conocimiento
tácito en explícito y es que, aunque la obra no se
refiera a ello de forma expresa, el aprendizaje reflexivo puede
ser una excelente herramienta para capturar y compartir
conocimiento. La interrelación entre aprendizaje reflexivo y
gestión del conocimiento es o un aspecto que el lector puede
echar de menos o simplemente el resultado de aplicar a mi
experiencia la práctica reflexiva.
El Capítulo II se dedica al estudio de las
filosofías y modelos de aprendizaje y su influencia en el
aprendizaje humano. Los autores revisan con rigor las corrientes
principales de pensamiento en la historia del aprendizaje: desde
Platón y Aristóteles –como primeros impulsores
del diálogo como clave de la reflexión y el pensamiento
crítico p.35)-, pasando por Rousseau y Dewey –y, el
aprendizaje a través de la experiencia- hasta llegar a
interpretaciones más modernas como las de Peters
¿Cuál es la utilidad de esta revisión? Ayudar a la
reflexión.
Quizás se note la falta de autores como Bandura y su
teoría del aprendizaje social o una mayor focalización
en la experiencia del que aprende como recogen los trabajos de
Kolb. Sin embargo, éste no se puede considerar un punto
débil de la obra sino una tarea que los autores dejan,
seguramente de forma consciente, en manos del lector y de sus
propias reflexiones personales. Como bien señalan:
“La reflexión da oportunidad a los profesores de
enseñanza superior para examinar sus filosofías
subyacentes, evaluar su utilidad en el contexto de la
enseñanza superior y considerar enfoques alternativos
basados en otras filosofías o combinaciones de
filosofías (p. 46)”.
En los últimos capítulos de esta primera parte los
autores analizan, en primer lugar, el concepto de aprendizaje
(capítulo III) en relación a las categorías de
aprendizaje, la motivación intrínseca o
extrínseca, la tipología de aprendices, las estrategias
de aprendizaje o los tres dominios del aprendizaje: cognitivo,
conativo y afectivo. El valor de esta revisión estriba en la
evaluación que hacen de las distintas orientaciones en
relación al aprendizaje reflexivo.
Finalmente, en los capítulos IV y V, los autores
establecen el marco teórico para entender en profundidad las
condiciones para el diálogo reflexivo y cómo la
práctica reflexiva estimula el proceso de aprendizaje;
ayudando al alumno a ser consciente de su propio proceso de
aprendizaje y al profesor a aprender de su práctica (aspecto
olvidado la mayoría de las veces y al que Anne Brockbank e
Ian McGill se refieren insistentemente).
Parte II. Facilitar el aprendizaje y la práctica
reflexiva
La segunda parte está centrada en enseñar el
procedimiento que profesores y alumnos deben utilizar para
reforzar el aprendizaje, relacionando la práctica al uso con
el modelo recomendado. Una excelente propuesta a la que
quizás le falte una referencia más profunda sobre las
TI y sus posibilidades en el proceso de aprendizaje reflexivo. La
frase: “No obstante, la tecnología actual aún
no es un sustituto del aprendizaje críticamente reflexivo
que se logra mediante el diálogo reflexivo con
otros” (p.126), deja al lector con la miel en los
labios.
Profesores y alumnos encuentran en los Capítulos VII y
VIII el marco para crear las condiciones para el aprendizaje
críticamente reflexivo. El procedimiento se describe
cuidadosamente a través de aplicaciones prácticas. Sin
duda, nos encontramos ante los capítulos de mayor utilidad
desde el punto de vista de la aplicación del modelo.
¿Cómo convertirse en facilitador? ¿Por qué
utilizar la facilitación? O, ¿qué técnicas
utilizar? son cuestiones que se resuelven en los capítulos
IX a XI. Aunque con un contenido teórico que, en ocasiones,
resulta excesivo, en estos capítulos el docente encuentra
todo lo necesario para convertirse en un facilitador, desde
referencias al entorno físico hasta la mejor manera de
narrar una historia y el control de las emociones o, en otras
palabras, un pequeño manual de habilidades no exhaustivo
pero sí suficiente.
Parte III. Ejemplos
Uno de los aspectos que confiere una mayor utilidad a la obra
de Anne Brockbank e Ian McGill son los ejemplos incluidos en la
última parte del libro; constituyen el colofón que
permite al lector responder una última pregunta:
¿Cómo puedo promover el diálogo y el aprendizaje
reflexivo en mis aulas? Los autores ejemplifican tres casos
diferentes: el aprendizaje en grupo, la supervisión
académica y la orientación a través de la figura
del mentor. Estos tres casos representan las relaciones
específicas del facilitador –encargado de
capacitar al estudiante en el uso del diálogo reflexivo y el
aprendizaje en la acción-, del supervisor que intenta
crear investigadores reflexivos independientes y, del
mentor que aspira a fomentar el aprendizaje autónomo.
El libro enseña la práctica de estos tres roles con un
excesivo contenido conceptual y teórico. Sin duda, para que
los ejemplos cumplieran realmente con su finalidad, los autores
deberían haber dado un mayor peso a las historias que, no
dejan de ser, en estos capítulos finales, residuales.
Una última reflexión
A modo de conclusión he escogido una frase que resume mi
impresión de la obra de Anne Brockbank e Ian McGill:
“El aprendizaje críticamente reflexivo es, de por
sí, perturbador, pero también estimulante y exigente,
en potencia (p. 108)”. ¿Por qué? El libro es
perturbador, estimulante y exigente; una reflexión sobre la
reflexión.
Referencias
Maslow, A. H. (2001). La personalidad creadora.
Barcelona: Kairós. 7ª ed.
Davenport, T. H. y Prusak, L. (2001). Cómo las
organizaciones manejan lo que saben. Buenos Aires: Pearson
Education.
Weick, K. (1995). Sensemakingin organizations.
Thousand Oaks, CA: SAGE Publications.
Acerca de los autores
Anne Brockbank, City University e Ian McGill, University of
Brighton.
Acerca de la autora de la reseña
Teresa Torres Coronas
Email: mttc@fcee.urv.es
Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la
Universidad de Barcelona y Doctora en Administración y
Dirección de Empresas por la Universitat Rovira i Virgili.
Autora del libro "Valoración de marcas" (Ediciones
Gestión 2000, Barcelona), galardonada con la X edición
del Premio EADA 2000 (Barcelona) y, de numerosos artículos
sobre creatividad y valoración de activos intangibles.
Actualmente trabaja como profesora de gestión de empresas en
la Universitat Rovira i Virgili y es asociada en España del
Center for Research in Applied Creativity, Ontario,
Canadá.
Reseñas Educativas/ Resenhas Educativas
publica reseñas de libros sobre educación, cubriendo
tanto trabajos académicos como practicas educativas.
Todas las informaciones son evaluadas por los editores:
Editor para Español y Portugués
Gustavo E. Fischman
Arizona State University
Editor General (inglés)
Gene V Glass
Arizona State University
Reseñas Educativas es firmante de la Budapest Open Access Initiative.
| |
No hay comentarios:
Publicar un comentario