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Batallán, Graciela y Varas, René. (2002).
Regalones, maldadosos,
hiperkinéticos. Categorías sociales en busca de
sentido. La educación de los niños y niñas de
cuatro años que viven en la pobreza urbana. Santiago de
Chile: LOM Ediciones & PIIE
Pp. 137
ISBN 956-282-424-1
Reseñado por Ana Padawer
Universidad de Buenos Aires
10 de julio de 2003
Resumen
Este libro refiere a una investigación
formulada para conocer la demanda social y la respuesta educativa
a la escolarización de niños de cuatro años de
sectores pobres en Chile. A solicitud de las autoridades y desde
una perspectiva crítica, los autores pudieron discutir
teorizaciones que se expresan en el sentido común, pero
también en diagnósticos socioeducativos o subyaciendo
en la construcción de cuestionarios. El trabajo realiza una
crítica a instrumentos vigentes para la medición de la
pobreza, y también debate conceptualmente con estudios que
atribuían a los sectores pobres una supuesta resistencia a
la escolarización temprana debido a la vigencia de
“pautas culturales tradicionales”.
Los autores describen la vida de estos niños y establecen
diferencias en las concepciones de infancia, a través de
relatos de vida de las madres. En ellos se evidencian
transformaciones en la organización doméstica, en el
sentido atribuido a la escolarización y la
socialización familiar, en los patrones de autoridad en
razón de género. La noción de infancia se
construye en oposición a las experiencias traumáticas
que vivieron, y también por rasgos que las madres atribuyen
a los niños de la actualidad: les reconocen un desarrollo
precoz y valoran positivamente su capacidad de comprensión y
entendimiento. Las categorías negativas que les atribuyen
expresan sus dificultades para establecer una labor formadora y
de regulación de los comportamientos de sus hijos; sobre
ellas se articulan sus expectativas respecto de la escuela.
Respuestas desde la investigación a
interrogantes de la política educativa
Este libro de Graciela Batallán y René
Varas refiere a un estudio realizado entre 1998 y 1999,
encomendado por el Ministerio de Educación de Chile a un
equipo del Programa Interdisciplinario de Investigaciones en
Educación, del mismo país. El objetivo de la
investigación fue conocer la demanda social y la respuesta
educativa a la escolarización de niños de cuatro
años de sectores pobres. Si bien las áreas
especializadas de la administración educativa
reconocían la importancia de la estimulación temprana
de los niños en términos afectivos y cognoscitivos, los
diagnósticos de que disponían habían establecido
(fundamentalmente a partir de información estadística)
la vigencia de “pautas culturales tradicionales” en
el país y particularmente arraigadas entre los sectores
pobres, manifestadas en una resistencia socialmente extendida a
la escolarización temprana.
Como recuerdan los autores, la atribución a
las familias pobres de “pautas tradicionales de
vida”, es tributaria de la teoría estructural
funcionalista y su construcción conceptual de un
continuum folk.-urbano, tal como fuera expresada
por Robert Redfield, George Foster y Talcott Parsons.
Allí se establece que los patrones rurales de comportamiento
-conservadores y tradicionales-, instituyen una división
familiar del trabajo donde el padre es responsable de la
subsistencia material mientras la madre se ocupa de los
niños y el hogar. Las causas “culturales” que
explicarían la negativa de enviar a los niños al
jardín de infantes por considerarlos de corta edad,
estarían dadas de acuerdo a esta teorización por una
aceptación acrítica de las familias de determinada
organización doméstica que ha permanecido en el tiempo.
Estas definiciones provienen de un concepto sobredeterminante y
omniabarcativo de cultura, que conduce al establecimiento de
formas estereotipadas de comprender, en este caso, los contextos
de pobreza urbana (Batallán y Varas: 2002: pág.
8-10).
La “cultura” atribuida a la pobreza,
de este modo, resulta de una analogía entre las carencias
materiales de los sujetos y una falta de atributos cognoscitivos
y morales. El estudio de Batallán y Varas, por el contrario,
muestra una heterogeneidad de prácticas vinculadas a un
conjunto de situaciones y condicionantes de la situación de
pobreza urbana, tales como la composición y dinámica
familiar, los usos del tiempo y del espacio, diferentes
situaciones de empleo y salud, niveles de instrucción de los
adultos, y particularmente concepciones y orientaciones de valor
sobre la infancia y la educación de los hijos que los
adultos tensionan con sus experiencias de la niñez
En su interrogación acerca de la demanda de las familias,
no sólo se discute conceptualmente la existencia de estos
“patrones culturales tradicionales” que
predispondrían negativamente hacia la escolarización,
sino que además se pudo establecer cómo intervienen en
el seno de las familias y en relación con la escuela las
transformaciones ocurridas en las últimas décadas
respecto de patrones patriarcales de autoridad y crianza de los
niños. Los cuestionamientos de los padres y madres respecto
a la educación que pueden otorgar en el ámbito
doméstico y sus expectativas respecto de la escuela, no
eluden los juicios adversos hacia modos institucionales de trato
a los niños que conocen por experiencias indirectas o
directas, ni tampoco las limitaciones o dificultades que se les
presentan en los hogares.
El aporte de esta investigación proviene del
cuestionamiento que, desde una ciencia social crítica, es
posible efectuar a ciertas teorizaciones que se expresan en el
sentido común a través de las posiciones sostenidas por
los sujetos, pero también en diagnósticos
socioeducativos o subyaciendo en la construcción de
cuestionarios. En este punto el trabajo se detiene en una
discusión de aspectos metodológicos respecto de la
Encuesta Nacional de Caracterización Socioeconómica
(CASEN) y otros instrumentos de medición de la pobreza,
así como en un debate conceptual con estudios previos.
Apuntes metodológicos
Desde el punto de vista metodológico, un
aporte muy interesante de esta investigación consiste en la
articulación de estrategias mediante un trabajo de campo en
la tradición de la antropología sociocultural y la
sociología comprensivista, que se inicia con un estudio
intensivo (cualitativo), a partir del cual se establecen
relaciones que luego son fundamento para un diseño extensivo
(cuantitativo) a escala nacional.
Así se diseñó como primer etapa
una aproximación a las escuelas, combinándose el tipo
de dependencia, el índice de vulnerabilidad y la existencia
o no del servicio educativo para la elección de las mismas.
Se seleccionaron 18 establecimientos de la Región
Metropolitana, en los que se indagó la predisposición
de los agentes educacionales respecto del servicio en
función de la historia local, el proyecto pedagógico de
la escuela, la calidad y disposición de infraestructura,
condiciones de trabajo y formación docente y
diagnóstico de los docentes respecto de las necesidades
educativas de los niños en su población.
A partir de allí se abordó en la
predisposición de los padres a enviar a los niños al
prekinder (o primer nivel de transición, en Chile) en
relación con aspectos condicionantes tales como su
situación socioeconómica y laboral, su experiencia de
infancia en cuanto a modelos y pautas de crianza, expectativas o
proyección social o económica que los progenitores
atribuyen a la educación temprana, lugar del niño en la
estructura familiar, consideraciones de los mayores respecto de
la influencia del contexto social, entre otras. En el contraste
entre las categorías en uso por los adultos (familiares y
agentes escolares) respecto de la infancia y las descripciones de
las rutinas establecidas para la vida de los niños, se
lograron definir las concepciones de infancia y aprendizaje
actualmente aceptadas.
En la segunda etapa de investigación, se
realizó un muestreo probabilístico a nivel nacional de
1124 casos, constituido por familias pobres o indigentes, con
niños de tres y cuatro años que no asisten a
ningún tipo de establecimiento educacional. Estas familias
fueron entrevistadas con el propósito de medir la magnitud
de las variables y relaciones que intervienen en la
predisposición de enviar a los niños al
prekinder, que ya habían sido establecidas en
la primer etapa.
Asimismo se efectuó un abordaje
metodológico biográfico para vincular la subjetividad
de los individuos y el contexto social de su experiencia: en
función de las estructura y dinámica familiar como
distinciones relevantes, se seleccionaron 6 grupos
domésticos diversos con niños y niñas de tres o
cuatro años de edad que no asistieran a servicios
educativos, seleccionándose en cada uno de ellos un adulto a
entrevistar. En los relatos de vida que se presentan en el libro,
las madres refirieron no sólo a sus condicionantes
económicos y laborales en su incidencia en la vida cotidiana
de los niños, sino que también se indagó en la
intencionalidad de las prácticas de crianza en relación
con sus propias experiencias. También se profundizó en
la dinámica familiar en función de la
predisposición a la educación formal, especialmente las
relaciones de género al interior de la familia, las
situaciones laborales y la religiosidad.
¿Por qué regalones, maldadosos o
hiperkinéticos?
Lo primero que el estudio aporta es el reconocimiento de una
demanda no satisfecha y calificada respecto del prekinder.
Esto permite cuestionar las características y condiciones de
funcionamiento de los servicios, ante las heterogéneas
necesidades de la población en la que se pretende focalizar
el servicio, permitiendo explicar la sobredemanda de vacantes en
grupos de pobreza crónica, y una ausencia de demanda cuando
se detecta la inadecuación del servicio que proporcionan las
instituciones en estos contextos de exclusión creciente.
Esta demanda calificada se vincula no sólo con las
expectativas familiares respecto de la escuela, sino con las
atribuciones que se dan a sí mismos respecto de la crianza
de los niños. Los autores establecen, por ejemplo, que la
inculcación de hábitos de higiene, que ocupa un lugar
importante en la educación parvularia, es
paradójicamente uno de los ámbitos donde se concentra
la acción formadora de las familias, conjuntamente con el
desarrollo del lenguaje, (principalmente oral pero también
escrito). Es interesante como las familias reconocen a la segunda
actividad como una tarea potencialmente complementaria para los
dos ámbitos, mientras que la primera no lo es. Esto puede
interpretarse como un concepto más estrecho de
enseñanza por parte de las familias, pero a la vez como un
reclamo por una enseñanza de calidad. Por otra parte, si las
familias realizan acciones educativas tradicionalmente escolares
como la iniciación en la lectoescritura o el cálculo,
pareciera que como contracara reclaman un apoyo de la escuela
para regular las conductas en el hogar, a partir de los dilemas
que les plantean las transformaciones en los patrones de
autoridad actualmente vigentes.
Desde el punto de vista de los agentes escolares, el estudio
señala que existe una predisposición generalizada hacia
el mantenimiento o apertura de este servicio educativo. Las
razones se vinculan tanto a un ideario de escuela pública
como lugar de participación y formación
democrática de padres y niños, como a la necesidad de
mantenimiento de la matrícula escolar que por las
regulaciones en el país se relaciona directamente con el
financiamiento que recibe cada institución. A perspectivas
que enfatizan la importancia de la educación temprana para
resolver problemáticas sociales, se articulan razones que
enfatizan el aporte en la formación de hábitos y
entrenamiento psicomotriz que aseguran el éxito escolar.
Batallán y Varas presentan información relevante
respecto de cómo es la vida de los niños que viven en
condiciones de pobreza urbana, donde la precariedad y deterioro
de las viviendas son características comunes, y el
equipamiento doméstico elemental. Pese a que los niños
de hoy experimentan condiciones de vida similares a las de sus
madres, el estudio les permite establecer notorias diferencias en
el trato y las concepciones de infancia, tanto cuando los
progenitores son jóvenes como cuando son de mayor edad. En
la infancia de las madres, que los relatos de vida retratan con
precisión e intensidad, la duración de la niñez se
restringe a la etapa más dependiente y frágil:
rápidamente se responsabilizaban de tareas hogareñas y
actividades agrícolas o trabajo urbano al lado de sus
padres. La escasa significatividad de la escolarización, la
transmisión de valores y saberes en el ámbito familiar
y el retiro de los niños de la escuela ante la necesidad de
su fuerza de trabajo, se presentan en los relatos como
sufrimientos que intentan evitar para sus hijos con
prácticas y expectativas radicalmente diferentes a las que
ellas experimentaron. El patrón de autoridad masculina en el
hogar, a veces articulado con el ejercicio de la violencia,
permiten explicar la protección y el cuidado de los
niños de corta edad que se presenta como un argumento
central para justificar el apego de las madres a los
niños.
La noción de infancia no sólo de construye a partir
de la evitación de las experiencias traumáticas
infantiles, sino también por los rasgos que las madres
atribuyen a los niños de la actualidad: se les reconoce un
desarrollo precoz y se valora positivamente la capacidad de
comprensión y entendimiento. En la construcción de un
nuevo patrón de autoridad que efectúan Batallán y
Varas, la escasa permanencia de los padres varones reduce su
papel al de las actividades lúdicas, a las que no le
atribuyen un sentido formativo. De este modo, los autores
vislumbran un patrón desplazado al matriarcado, frente al
que las madres encuentran dificultades de afianzamiento. Así
se explican categorías en principio negativas como
“regalones”, “maldadosos” o
hipekinéticos” atribuidas a los niños, con las
cuales expresan sus dificultades para establecer una labor
formadora y de regulación de los comportamientos de sus
hijos, y por lo tanto una expectativa favorable a que esta tarea
sea realizada por la escuela.
En este sentido, Batallán y Varas podrían ubicarse
dentro de la tendencia de los investigadores que debaten sobre
los cambios en las concepciones de infancia en relación con
los sistemas educativos (tales como Bárbara Finkelstein,
1986) frente a quienes, por el contrario, subrayan sus
continuidades basadas en la dependencia biológica (Linda
Pollock, 1990). En este debate, José Jesús Sánchez
Marín (1994) advierte sobre la “dificultad
insalvable” por parte de los adultos, y entre ellos los
científicos, para situarse en la realidad del niño. En
el mismo sentido, Jorge Larrosa (2000) se refiere
metafóricamente a ellos como “seres salvajes que no
entienden nuestra lengua”, señalando así no a un
objeto de estudio susceptible de ser conocido, sino aquello que
nunca podrá ser apropiado, por su “absoluta
heterogeneidad” respecto de los adultos. De este modo la
infancia constituye una otredad distanciada no por el espacio
sino por el tiempo, oculta tras los mecanismos de la memoria y la
amnesia, el “engaño y el olvido”. Larrosa no
renuncia a la verdad, pero si a la voluntad de dominio,
coincidiendo con las discusiones epistemológicas en el
contexto de la antropología crítica actual.
Como se ha señalado, las familias manifiestan exigencias
en cuanto a lo que desearían que los niños aprendieran
en la escuela -escritura, lenguaje oral, formación de
valores y la convivencia social. Si de lo anterior es posible
concluir que estos padres tienen una visión parcializada del
desarrollo de las potencialidades de los niños, esto puede
ponerse en tensión con el concepto del niño como sujeto
de derechos. El libro de Batallán y Varas entonces, nos
desafía a los adultos a problematizar estas categorías
que predominan en el sentido común; en particular a los
docentes, los interpela a escuchar cual es el tipo de
formación que las familias esperan, complejizarlo con
concepciones curriculares novedosas sustentadas en la
definición de los niños como sujetos de derecho, y
definir estrategias democratizadoras que potencien el sentido
educativo de cada nivel de enseñanza.
Referencias
Finkelstein, Bárbara: La incorporación de la
infancia a la historia de la educación. En: Revista de
Educación N. 281. Madrid. 1986.
Larrosa, Jorge: El enigma de la infancia. En:
Pedagogía profana. Novedades Educativas. Buenos
Aires. 2000.
Pollock, Linda: Los niños olvidados. Relaciones entre
padres e hijos de 1500 a 1900. Fondo de Cultura
Económica. México. 1990.
Sánchez Marín, José Jesús: La infancia,
modelo para armar. En: Letra Internacional N. 32. Marzo de
1994.
Sobre los autores
Graciela Batallán es Profesora e Investigadora del
Departamento de Ciencias Antropológicas de la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires,
Argentina. Fue una de las iniciadoras de los estudios
académicos en el campo de la antropología de la
educación en el país, y realizó investigaciones
tanto en Argentina como en Chile.
René Varas es Licenciado en Sociología de la
Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Chile. Actualmente
se desempeña como investigador en el Programa
Interdisciplinario de Investigaciones en Educación con sede
en ese país.
Sobre la autora de la reseña
Ana Padawer es Licenciada en Ciencias Antropológicas y
está realizando estudios de doctorado en la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Se
desempeña como investigadora en dicho centro y también
en la Secretaría de Educación de la Ciudad de Buenos
Aires.
Reseñas Educativas/ Resenhas Educativas
publica reseñas de libros sobre educación, cubriendo
tanto trabajos académicos como practicas educativas.
Todas las informaciones son evaluadas por los editores:
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Arizona State University
Editor General (inglés)
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Reseñas Educativas es firmante de la Budapest Open Access Initiative.
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