martes, 1 de abril de 2025

Pini, Mónica. (2003). Escuelas Charter y Empresas: Un Discurso que Vende. Reseñado por Rafael Díaz Borbón

 

Pini, Mónica. (2003). Escuelas Charter y Empresas: Un Discurso que Vende. Buenos Aires: Miño y Dávila-Laboratorio de Políticas Públicas-UNSAM

200 pps.

ISBN 84-95294-43-5

Reseñado por Rafael Díaz Borbón
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Bogotá

11 de Abril de 2004

(Nota del Editor: Este trabajo ha recibido el Premio al Mejor Libro de Educación de 2003, la más importante distinción a un trabajo académico argentino concedida cada año por la Fundación El Libro, de la Argentina.)

Escuelas Y Empresas: Una Alianza Estratégica?

Durante toda la década del noventa y en el inicio del tercer milenio, a pesar de los eufemismos de algunos mandatarios, cronistas y estadígrafos de la doctrina en curso para presentarlos como exitosos, los balances de los varios procesos de ajuste de la “modernización” globalizada de la educación permanecen distantes de la calidad y equidad auguradas, al menos en términos de una mayor y mejor formación integral.

Los resultados de las pruebas de competencias y estándares educativos indican que esas reformas educativas, en vez de reducir, mantienen y hasta amplían las cifras de niños y jóvenes excluidos de los sistemas escolares en América Latina. Mientras eso ocurre, la propaganda oficial atiza el anhelo, a horcajadas sobre el mismo modelo, de salir un día (incierto) del atolladero.

En América Latina fueron muchos y variados los intentos de reforma. En el caso especifico de Colombia, tampoco faltaron planes. Desde “El Revolcón Educativo”, “El Salto Educativo”, “La Educación para Construir la Paz”, “La Revolución Educativa” –de las administraciones presidenciales Gaviria Trujillo (1990-1994), Samper Pizano (1994-1998), Pastrana Arango (1998-2002), Uribe Vélez (2002-2006)–, son una indicación de que se continúan generando, una tras otra, nuevas piezas de recambio, bajo la justificación de no haber logrado aún la meta deseada. Esto ocurriría, precisamente, porque no se ha dispuesto del tiempo suficiente para dar la forma acabada al “Nuevo Sistema Escolar” y, en la acción educativa, al “Nuevo Colegio”.

Desde hace poco, la modalidad de las “Charter Schools” o “Colegios en Concesión” ha comenzado paulatinamente a ser implementada en Municipios, Departamentos y Distritos colombianos. Tal es el caso del Distrito Especial de Bogotá, en donde ya funcionan 23, de un proyecto inicial de 57, que son administrados por empresarios, algunos de ellos con experiencia en la educación privada.

Las limitaciones intencionadamente impuestas a la información sobre las políticas educativas y las medidas dosificadas con las cuales se van introduciendo los cambios, a manera de partes de un rompe-cabezas, han impedido tanto a los educadores/as, familias y comunidades, como a aquellos que trabajan en Facultades de Educación y Departamentos de Pedagogía, elaborar un análisis con el suficiente acervo académico.

Las proyecciones de cuanto ha de pasar con los nuevos movimientos del poder ejecutor se ven limitadas o imprecisas. Las contra-respuestas posibles, como las de los académicos críticos y las de las organizaciones magisteriales, a las cuales los “ajustes” han afectado hondamente, llevándolas casi a su congelamiento y extinción, sufren los efectos de este mecanismo de control de la información en lo nacional, así sea componente de unas prácticas diseñadas en los Estados Unidos, de donde son extraídas.

Las “Charter Schools” funcionan desde la década del noventa en algunos estados de los Estados Unidos con la intención evidente de masificar su radio de acción en el futuro. El libro, “Escuelas charter y empresas: Un discurso que vende” de Mónica Pini, fruto de su investigación doctoral sobre las “Charter Schools”, llega no sólo con la pertinencia de la información esperada, sino con el cuerpo entero del rompe-cabezas; el cómo y el hacia dónde conduce esta certera estrategia de la privatización de la educación pública, forjando un sistema paralelo de educación privada, sostenido con los fondos públicos a través de los impuestos de los ciudadanos, como con acierto lo recalca la autora.

Pini analiza seis empresas líderes en el área utilizando para ello el método del análisis crítico del discurso. La autora discute tanto la imagen y promoción publicitarias en los medios masivos y las páginas electrónicas, como los contenidos de las políticas públicas y las normas que regulan el funcionamiento de este sector. Sin presencia directa aún en el “mercado educativo” latinoamericano, las empresas Advantage Schools, Beacon, Edison Schools, Leona Group, National Heritage Academies, Mosaica, integran este conglomerado empresarial que desde la década del 80 está expandiéndose. Este conglomerado, señala Pini, cuenta con fuertes nexos en sectores políticos y funcionarios de las sucesivas administraciones gubernamentales, conservadores en su mayoría, algunos de ellos ejecutores de las reformas educativas promulgadas a raíz del Informe “A Nation at Risk”.

Desde las páginas iniciales de este estudio, la autora previene que “Quizá se pueda cuestionar que la metodología elegida atiende solamente a los aspectos discursivos de la realidad, en vez de realizar trabajo de campo”; sin embargo, “…el estudio del discurso puede ayudarnos a descubrir los sutiles modos de operar y la relación entre coerción y consenso”; “…el enfoque es en los discursos–prácticas a través de textos de fuentes primarias, triangulando las interpretaciones con documentos e informes de investigación” (59-60), en abundante profusión sobre esta “solución” educativa, surgida aparentemente en respuesta a los “fracasos” atribuidos a la educación pública.

Una vez recorrido su libro de 200 páginas, según la visión de una investigadora argentina, se posee una cosecha suficiente para saber hasta dónde pueden llegar las soluciones de mercado para la educación. Algunas de esas propuestas ya están en curso en América Latina. En este libro están presentes la concepción, la organización, las metas, el marketing para captar “clientes”, las líneas ideológicas, los nexos entre política y negocios, la reconversión de los contenidos de la educación siguiendo los principios fundamentados en la doctrina del mercado, sus contradicciones, la truculencia de sus mensajes, su desgaste y fracasos, su pugnacidad por degradar el trabajo de las escuelas realmente públicas, el impacto negativo causado a la profesión docente –cualquiera puede ser contratado para enseñar–, a maestros y sindicatos, a los estudiantes signados desde el currículum a reproducir su condición y nivel sociales.

Al ser ésta una instrucción “pública” (o para pobres?) requerida por la sostenibilidad de la “democracia norteamericana”, los recursos de imagen y de marketing, de virtuosismos corporativos, han apuntado a persuadir a comunidades y padres de familia, emotivamente convencidos de una “educación de excelencia”, de “calidad”, “altamente competitiva” para sus hijos. Mientras se ven cada vez más comprometidos a la entrega de su trabajo colaborativo gratuito, estas corporaciones amasan fortuna y se expanden, a la manera como cualquier empresa lucrativa lo aspira en el mundo globalizado capitalista.

La “crisis” manufacturada –según expresa la autora–, acompañada por una campaña de deslegitimación de la educación pública, auspiciada y aprovechada por la “mano invisible” de empresarios y políticos, provee de razones legitimadoras a esta estrategia de privatización, en tiempos de desmonte del Estado de Bienestar: “Molnar afirma que la publicación del informe A Nation at Risk en 1983 (National Comission for Excellence in Education) sirvió para elevar el interés en la privatización a causa del diagnóstico catastrófico que presentaba con respecto a la educación pública. Este autor describe el origen y desarrollo de las primeras corporaciones que identificaron la educación pública como una buena inversión para capitales en riesgo y también explora la conexión entre estas corporaciones y políticos y fundaciones conservadoras” (p. 28).

En la página siguiente, Pini continúa explicando que: “con 53 millones de estudiantes (primaria y secundaria), y un presupuesto declarado de US$300 billones al año (1999), la educación puede ser un gran negocio en los Estados Unidos, razón por la cual los diarios y revistas de negocios publican más información y muestran más interés en este fenómeno que las revistas académicas” (p. 29). A los defensores de la incorporación de mecanismos de mercado en la educación, para quienes “la educación es un negocio”, donde “Eficiencia, expansión y lucro son sus principios orientadores”, replica concluyente: “La noción de educación como un negocio igual a cualquier otro no es compatible con la idea de educación como bien público. Si prevalece el modelo de mercado para la educación, la noción instrumental o utilitaria de educación ganará tal grado de aceptación que es probable que eclipse la idea de que la educación es un valor en sí misma” (p. 33).

Desde una posición crítica, cumplidos los esbozos y referentes metodológicos del camino a seguir por su investigación a través del universo discursivo de las escuelas charter, un propósito adquiere especial relevancia, debido a los destinatarios preocupados por esta problemática: “…este estudio pretende contribuir a desarrollar la habilidad de la gente de recontextualizar el discurso dominante, esencial para la lucha contra-hegemónica, así como contribuir a la constitución de contra-públicos y estructuras de apoyo que puedan desafiar los discursos y acciones que corresponden a la cultura corporativa” (p. 33). Así lo corrobora el despliegue analítico minucioso de su trabajo.

Los 7 capítulos en los cuales se divide este libro tratan de ser lo más fieles posible a propósitos como el anterior, exponiendo y cuestionando metódicamente los desarrollos institucionales, empresariales, políticos, docentes, estudiantiles, familiares, tanto como los resultados y la evaluación gubernamental, tenidos por las empresas que operan Charter Schools en cada uno de los Estados donde operan. “Estrategias discursivas” y “Apropiación simbólica y material de lo “público”, “Condiciones que favorecen las operaciones de las EAES en las Escuelas Públicas de Arizona, Michigan y Texas” y “Otra imagen de las EAES”, a manera de “Conclusiones Generales”, resumen cada uno de los subtemas puntuales analizados.

La lucha ideológica por la apropiación y control del patrimonio cultural, y el lenguaje y enfoque a la mente ciudadana, a los propios educadores, está en el escenario de la controversia suscitada por los cambios introducidos en los sistemas educativos. Términos clave como “crisis” de la educación, “libre elección”, “elección de escuela”, “participación”, “lo público”, la función del Estado, devienen en una “lucha por el sentido”: “…el llamado a la “elección”, -dice la autora interpretando el pensamiento de Popkewitz en “Sociopolítica de las Reformas Educativas”– que es una metáfora política y económica de profundo contenido simbólico, es un ejemplo de la apropiación conservadora de una atesorada fé en la libertad…el modelo educacional de la concesión y la contratación está relacionado con la privatización en otros sectores de la economía tales como los servicios de salud, los fondos de retiro y transporte. Poderosos intereses políticos y económicos están levantando la bandera de la crisis educativa como parte del ataque al estado en general y al sistema educativo público en particular, como uno de los últimos elementos sobrevivientes del estado de bienestar” (p. 41).

Pini acude de nuevo a Popkewitz para explicar cómo se alcanza esta conversión de lo público a lo privado, en la pretensión corporativa de hacerla ver como parte de lo público: “Estrategias sofisticadas y poderosas son usadas para transformar discursos mercantiles en ideas colectivas, haciendo aparecer los intereses de las corporaciones como la expresión política de toda la sociedad” (p. 43), en el interés también de forjar un “capital humano” bajo una apreciación de insuficiencia: “construir “capital humano” es el objetivo principal de este “nuevo” credo educacional. En esta perspectiva economicista, a todos los que son considerados incapaces de altos niveles de rendimiento escolar se les enseñará solo lo básico”. Lo “público”, “…es redefinido y devaluado en las dos últimas décadas a través de las influencias de las políticas y los discursos neoliberales…”, y estas “democracias”, como la de mercado de Fukuyama, conducente hacia “el fin de la Historia”, persiguen la consolidación del “mejor sistema político y el fin de la lucha social” (págs. 44-45-46).

El análisis crítico del discurso y la genealogía de la historia de corte foucaultiano, al transitar por la descripción, la interpretación y la explicación, develan “el uso del vocabulario y las imágenes” en el juego de las estrategias publicitarias con el fin de “construir relaciones, imágenes y consumidores” en las seis empresas administradoras de educación: Advantage Schools con 15 escuelas, en 9 Estados; Beacon Education Management con 27 servicios completos en 5 Estados; Edison Schools con 89 escuelas en 22 Estados; The Leona Group con 34 escuelas en 2 Estados; Mosaica Education con 18 escuelas en 5 Estados; Nacional Heritage Academics” con 18 escuelas en 3 Estados. Estas empresas educativas atienden una población compuesta por estudiantes de color, etnias extranjeras e hispanoamericanos de estratos 1 y 2, según la clasificación de los norteamericanos, establecidas en aquellos distritos y localidades con presupuestos significativos para el sostenimiento de escuelas públicas. En aquellos estados donde no se asignan montos semejantes, no existe interés en su expansión.

La asignación de contratos a estas organizaciones, depende de los concejos locales y de algunas universidades autorizadas. La mirada analítica de las prácticas discursivas de estas empresas también va reconstruyendo y evaluando, acorde con los pautas metodológicas establecidas, los componentes de la organización escolar –misión y filosofía, disciplina, estudiantes, currículo, maestros, financiamiento, servicios, padres y responsabilidad, (publicitados en las páginas electrónicas), en búsqueda de la coherencia interna exigible y contrastando entre resultados obtenidos, investigaciones independientes, artículos, noticias y entrevistas periodísticas sobre el tema de las Escuelas Charter o Colegios en Concesión.

Es llamativo por demás cómo la campaña análoga de estas empresas contra las escuelas públicas, presente en sus consignas de oferta, ha remarcado el atractivo de currículo innovativa y a la hora de comprobar este supuesto “Con la excepción de Paragon, que es un programa desarrollado por Mosaica, ninguno de los otros son nuevos y todos han sido extensamente utilizados en las escuelas públicas”, según Apple, Berliner y Biddle, Rothstein. Mónica Pini puede colegir: “Estas prácticas uniformes como la aplicación de currícula idéntica sobre distintas comunidades parece contradecir la afirmación de las Empresas Administradoras de Escuelas, EAES, acerca de que se dirigen a las necesidades de la comunidad. Los críticos de Success for All, el programa utilizado por Edison Schools, dicen que éste no contextualiza el aprendizaje ni funciona exitosamente para todos los estudiantes (SFA, 2001)”. De la proficiencia de los contratados para enseñar, se traen ejemplos francamente preocupantes en cualquier medio educativo, mientras irrumpe el debate nacional “…sobre los curricula de las escuelas y los estándares, sus significados políticos y las consecuencias para el aprendizaje de los niños y el profesionalismo de los maestros”. Otro tanto se encuentra, en el país de la tecnología por excelencia, sobre la integración de ésta al aula de clase, otro slogan publicitado de la modernización ocurrida en estos planteles: “Todas las compañías afirman que integran la tecnología a la clase, pero sólo dos de las empresas (Edison y Mosaica) realmente han desarrollado algún tipo de programa electrónico de aprendizaje” (págs. 106-107).

Tratándose de un asunto central para comprender las políticas educativas, el capítulo VI trata las relaciones entre empresas y políticas de Estado, sin las cuales este Sistema Escolar Paralelo no pasaría de los entresijos de una retórica más de la política. Las características demográficas, la riqueza de los Estados, el apoyo político y las leyes crean las condiciones favorables al surgimiento y expansión de esta modalidad de mercado educativo. Pini comenta que “Al igual que en Arizona, el apoyo a un modelo de mercado para la educación pública en Michigan ha sido sustentado por los niveles más altos del gobierno, desde el Gobernador y el Consejo Estatal de Educación hasta los legisladores y grupos poderosos pro-mercado…”. Sin embargo, en Texas, en el debate legislativo sobre las Escuelas Charter, el equipo designado de tres miembros de la Cámara de Representantes “…elevó un informe sugiriendo que no se abran más escuelas públicas operadas por grupos privados por un lapso de al menos dos a cuatro años. Según el informe de la Comisión, la tasa de aprobación de los estudiantes de las escuelas públicas comunes, en el Test de Evaluación de Competencias Académicas de Texas de 1999 (TAAS), fué más del 24% mayor que para los estudiantes de escuelas Charter” (págs. 161-162).

Los maestros se encuentran sujetos a la temporalidad de un contrato con sueldos comparativamente más bajos, sin prestaciones adicionales y sometidos a extenuantes jornadas de trabajo, lo cual parece repercutir nocivamente entre los jóvenes desalentando el ingreso a la carrera docente: 41.300 vacantes en Texas, según Pini, están siendo cubiertas por personas no aptas pedagógicamente.

Fuerzas políticas, nacionales y estatales, demócratas y republicanas, aliadas de grupos empresariales, provistos conceptualmente por intelectuales identificados con la ideología neoliberal y neoconservadora, han afianzado el poder requerido para emprender, a través del diseño de esta estrategia, la apropiación y suplantación del sentido y los haberes patrimoniales de la educación pública. Pini comenta el caso de Diana Ravitch, renovadora e impulsora de la ideología de los estándares y las competencias, –para citar ejemplos bien ilustrativos– quien inició su carrera en las dependencias gubernamentales educativas y luego continuo en el sector privado convertida en firme bastión de idea de las ventajas de “la privatización escolar”, concebida como una lucha política por el poder y el control social: “…la elección de escuela, en la opinión de Ravitch, no depende de resultados o mejora de objetivos académicos –es una lucha política sobre si la educación pública será o no objeto de las fuerzas del mercado” (p. 165).

Ideas similares son defendidas por la Heritage Foundation, señala Pini,(cuya misión es: “Formular y promover políticas públicas conservadoras basadas en los principios de la libre empresa, el gobierno limitado, la libertad individual, los valores norteamericanos tradicionales y una fuerte defensa nacional”), que “ha expandido su intervención en las políticas federales de educación, ubicando a la educación como una de sus cinco primeras prioridades”. (págs. 165-166).

La reducción de lo público, la restricción de la democracia y la ampliación de los abismos sociales, el deterioro de la formación individual y ciudadana como consecuencias directas –entre las muchas–, comparten el espacio crítico en las “Conclusiones Generales”, extraídas de esta rigurosa investigación, con resultados, hasta ahora, adversos a la continuación y expansión de la ambición irrefrenada del mercado con la Educación: “la triangulación realizada provee una caracterización de las EAES que no resulta consistente con la imagen que dan de sí mismas” (p. 169), citando a Chouliaraki y Fairclough, guías metodológicos de esta juiciosa indagación, donde la pregunta concluyente de ¿qué hacer, entonces? no queda al margen: Apoyada en esos autores, responde: La resistencia contra esta forma de institución, “opera en múltiples niveles: simbólico, material, emocional”, porque conjuntamente con Anderson (1998), citado por la autora, “Las iniciativas contra-hegemónicas que apuntan a defender y mejorar las instituciones deben incluir la redefinición y reapropiación de los objetivos sociales de dichas instituciones, desenmascarando los objetivos de lucro y enfatizando la participación auténtica” (p. 170).

Denodado ejercicio intelectual, enteramente recompensado, “Escuelas Charter y Empresas: Un Discurso que Vende”, resulta iluminador, vaticinador de cuanto, a la vez, se ha venido implementando en la mayoría de los países latinoamericanos y en Colombia, condicionados a un mismo modelo de desarrollo. El examen y el balance realizados a las Escuelas Charter en los Estados Unidos, de la mano de Mónica Pini en sus varios sentidos aquí ya expuestos, es una radiografía por adelantado de los Colegios en Concesión, publicitados y financiados como la gran alternativa de la “modernización” y la “calidad” proclamadas. Mónica ha develado el otro rostro de esta alianza estratégica, constituida por los poderes en apropiación de los bienes públicos, como lo es la educación.

Acerca de la autora del libro

La Dra. Mónica E. Pini es Profesora de Enseñanza Primaria, Licenciada y Profesora en Ciencias de la Educación y Master en Administración Pública de la UBA. Completó su Ph.D. en Educación en la Universidad de New Mexico, USA, con la tesis “The Corporatization of Education: Education Management Organizations (EMOs) and Public Schools (La corporativización de la educación: Empresas Administradoras de Educación (EAEs)y las escuelas públicas)”. Sus áreas de estudio son la política y administración de la educación. Ha trabajado como docente en todos los niveles del sistema educativo argentino, ha asesorado en la Dirección de Gestión de la Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires y ha participado en diferentes proyectos de investigación en la Ciudad y en la Provincia de Buenos Aires y en la Universidad de New Mexico. Ha recibido becas para estudiar en el país y en el exterior, ha realizado publicaciones y expuesto en la Conferencia Anual de la Asociación Norteamericana de Investigación en Educación (AERA) en diferentes oportunidades. Actualmente es investigadora en la Unidad de Investigaciones Educativas del Ministerio de Educación y Coordinadora del Programa de Investigación, Desarrollo y Asistencia en Educación de la Escuela de Posgrado de la Universidad de San Martín.

Acerca del autor de la reseña

Rafael Díaz Borbón es Profesor de Tiempo Completo en el Departamento de Pedagogía de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas en Bogotá. Es el Director de la Revista Opciones Pedagógicas, especializada en Educación de la misma Universidad. Autor de obras literarias y pedagógicas, entre estas segundas están, “La Universidad Colombiana, Una Crisis Institucional”, “Crisis de Valores y Educación Moral”, “La Universidad Distrital: ¿Paradigma de la Crisis y Disolución de la Universidad Pública?” y numerosos ensayos, editoriales y reseñas críticas en la Revista que dirige.


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