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Manguel, Alberto (2002) Leyendo imágenes. Una historia
privada del arte. Bogotá Grupo Editorial Norma.
(Título original en inglés: Reading pictures)
356 pp.
ISBN 958-04-6589-4
Reseñado por Gabriela Cruder
Universidad Nacional de Luján
9 de febrero de 2004
Mi primer contacto con Alberto Manguel fue a través de su
libro “Una historia de la lectura” (1999). El texto
brinda interesantes informaciones y una perspectiva particular:
Este autor no se propone hacer LA historia de la lectura sino una
recorrida por el terreno mojonado por sus experiencias. Las
páginas están pobladas de recuerdos y, la memoria de
los textos leídos en la escuela, los datos buscados para la
ocasión, todo el material que se expone en el texto, no
hacen más que hilvanar su contacto con los libros,
experiencia que, sin embargo, trasciende lo personal y
–como señala el refrán a propósito de los
afamados escritores- al pintar la aldea... consigue pintar el
mundo (de lo libros, claro).
En “Una historia de la lectura”, la materia de
reflexión, encarnada en un objeto tan caro a la vida
escolar, aseguraba un amplio campo de lectores interesados en el
tema. Me preguntaba si resultaría del mismo interés
para quienes participamos del campo de la educación el nuevo
libro que nos propone Manguel.
En este caso, la materia significante escogida son las
imágenes y, si bien el centro de su análisis encuentra
en el campo particular del arte los objetos de su mirada, el
recorrido propuesto y sus aportes inician su camino
–también en esta oportunidad- a partir de sus
experiencias más personales y subjetivas, para alcanzar
–luego- otro nivel de reflexión.
La anécdota, que prontamente queda atrás –sin
ser abandonada definitivamente- abre camino a los conceptos,
datos, algunos señalamientos, útiles tanto para el
lector iniciado como para quienes se acercan a este libro como un
primer texto referido al tema.
Pero ¿qué es lo que especialmente pueda interesar a
los educadores ajenos al área que comunmente se denomina
como educación artística?
Si por un momento pensamos y reflexionamos acerca del tiempo y
espacio dedicado a la imagen en el campo de la educación,
sin demasiadas dificultades puede observarse que escasamente se
la trabaja como objeto de estudio y que -práctica y
frecuentemente- es demonizada o utilizada
–pragmáticamente- ilustrando algún caso o poco
más que eso. Los capítulos del libro de Manguel
proponen al lector distintas “funciones” de la
imagen, que –entiendo- son excusas para dar cuenta de todo
lo que ofrecen a la vista cuando la mirada se detiene en ellas.
Los ensayos a partir de un autor y sus imágenes se suceden
sin respetar un orden temporal, en tanto que los estilos y
materias significantes cambian con cada uno de los protagonistas
y sus obras; sin embargo, encontramos una preocupación que
permanece y es la que plantea la necesidad de asir un
significado, la mirada que ese lector/observador que es Manguel
nos devuelve a cada paso y que podría encontrarse
sintetizada en las palabras que siguen.
(A propósito del siglo XVI) “... una pintura, fuera
un retrato o una escena, fuera religiosa o alegórica,
histórica o privada, tenía por objeto ser
leída. Éste era un rasgo inherente y esencial del acto
estético: la posibilidad mediante un vocabulario compartido
de una comunicación entre el punto de vista del pintor y el
del público. Se podía admirar un cuadro por su pericia
artística o su contenido, pero más allá de la
admiración estaba la promesa de aprender algo o de
reconocerlo, cuando menos.” (p.141)
Manguel señala que se ha producido una ruptura y no
contamos con un vocabulario compartido. En este sentido,
extendemos la reflexión a la escuela y su rol en
relación con este campo, dado que si partimos de reconocer
que “el ojo no se sacia con ver”, encontramos
inmediatamente un sinnúmero de aspectos que requieren ser
abordados, enseñados, discutidos y que, si no son tomados en
cuenta, obstaculizan la mirada, banalizan la
“vista”.
Reconociendo que “compartimos ciertas imágenes
básicas” como las de los avisos publicitarios, el
autor incorpora la preocupación por todas las imágenes,
no sólo las del campo del consumo más extendido y
presente a diario. Y de su preocupación, de volver central
esta preocupación, da cuenta el libro.
Sin hacer de ello un método de lectura de imágenes,
el recorrido propuesto al lector atraviesa –como
señalábamos- el tiempo, y recorremos los más
diversos territorios en las páginas del libro. Lo sagrado y
lo profano, lo popular y lo “culto”, lo
explícito y lo secreto... encuentran aquí y allá,
en los distintos capítulos, un lugar que recupera la
posibilidad de leer las imágenes y sus relatos.
A la manera de un arqueólogo, o como él mismo se
define: “viajero inquisitivo y caótico”, Alberto
Manguel desmonta la “memoria iconográfica” de
las más variadas materias y nos devuelve un relato que, como
en “Una historia de la lectura” hacen que lo
“privado” y único de sus emociones,
apreciaciones y comentarios, excedan no sólo lo particular,
personal, sino también el campo de lo estrictamente
artístico.
Tienen un lugar en el texto Caravaggio y Tina Modotti, Pablo
Picasso y Lavinia Fontana, las discusiones sobre la conveniencia
de erigir un monumento al Holocausto, o la vida de Antonio
Francisco Lisboa –el Aleijadinho- y las preguntas en torno
de la identidad del Brasil o de Canadá, a propósito de
las pinturas de Marianna Gartner, y tanto más...
Para finalizar, y en sintonía con la tarea que realiza el
autor en la Conclusión, transcribo parte de la lista que se
esmera en detallar: “Faltan aquí las lecturas de las
extensas artes ajenas a la cultura de Occidente; faltan las
lecturas tentativas del arte prehistórico; faltan las
lecturas de la emblemática y el arcano vocabulario
pictórico del Renacimiento; faltan las lecturas de la
iconografía política del siglo XIX...”
Afortunadamente no falta lo que está, por lo que el libro
invita a su lectura.
Referencia
Manguel, Alberto (1999) Una historia de la lectura,
Santa Fe de Bogotá, Editorial Norma (Título de la
edición original: A history of reading, Knopf Canadá,
Toronto, 1996)
Acerca del autor
Alberto Manguel nació en Buenos Aires en 1948.
Vivió en Italia, Francia, Inglaterra y Tahití, y en
1985, luego de una estadía de tres años en Canadá,
se hizo ciudadano canadiense. Autor de la internacionalmente
aclamada Una historia de la lectura, de En el bosque del espejo y
de la novela Noticias del extranjero, Manguel ha sido
también ensayista, editor, autor de libros extraordinarios
como El diccionario de lugares imaginarios y de varias
antologías de cuentos. Pueden leerse numerosas
colaboraciones realizadas por el autor, en periódicos que se
publican en Argentina. En especial, en las páginas de
suplementos culturales.
Acerca del autora de la reseña
Gabriela Cruder es Jefa de Trabajos Prácticos,
División de Educación a Distancia, Departamento de
Educación, Universidad Nacional de Luján. Actualmente
cursando estudios de Doctorado en la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad de Buenos Aires. Ha realizado videos y
cuenta con publicaciones en el área de educación,
medios e imagen.
Reseñas Educativas/ Resenhas Educativas
publica reseñas de libros sobre educación, cubriendo
tanto trabajos académicos como practicas educativas.
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