martes, 1 de abril de 2025

Levinson, Bradley A.U. (2002). Todos somos iguales: cultura y aspiración estudiantil en una escuela secundaria mexicana. Reseñado por David Poveda

 

Levinson, Bradley A.U. (2002). Todos somos iguales: cultura y aspiración estudiantil en una escuela secundaria mexicana. México D.F.: Aula XXI/Santillana.

463 pp.
ISBN: 970-29-0008-5

Reseñado por David Poveda
Universidad Autónoma de Madrid (España)

4 de febrero de 2004

Bradley Levinson presenta en este libro una versión revisada en español de su trabajo etnográfico en una escuela secundaria mexicana. El objetivo central de esta investigación es poner a prueba aspectos básicos de las teorías de la reproducción cultural desarrolladas en contextos anglo-sajones (Gran Bretaña y Estados Unidos) en un contexto rural mexicano. Este esfuerzo comparativo parte de la premisa, confirmada y desarrollada ampliamente en el trabajo, que las diferencias ideológicas, políticas y sociales de cada uno de estos contextos nacionales se reflejan en los modos en que se construyen las aspiraciones y culturas estudiantiles durante la educación secundaria. Además, el trabajo pone de manifiesto cómo el mercado de trabajo en una economía globalizada y los procesos migratorios transnacionales de las últimas décadas (aspectos que las investigaciones clásicas de la teoría de la reproducción no contemplaban) cobran un papel relevante en las trayectorias vitales y laborales de los participantes del estudio. Estas diferencias invitan a Levinson a replantear aspectos importantes de las teorías de la reproducción tradicionales.

El resultado es un libro excelente que puede ser de interés a educadores/as e investigadores/as tanto mexicanos como del resto de Latinoamérica y España. Igualmente, está escrito y traducido de una manera muy clara y accesible - el único problema destacable de la traducción es la tendencia de las traductoras a utilizar el pronombre masculino de modo indiscriminado en las referencias a otros trabajos, incluso para hablar de autoras (e.g. Penelope Eckert o Elsie Rockwell) ¡que tienen el género como tema de investigación!. Dicho esto, en este comentario, tras resumir la estructura y contenidos del libro, desarrollaré algunos de los aspectos que encuentro especialmente positivos, pero también algunas de las opciones del autor que a mí me han parecido menos acertadas.

Levinson quería escribir un texto accesible y no excesivamente académico en el que se favorezca una narrativa "fluida y atractiva" (p. 17). Para ello, estructura el trabajo en nueve capítulos y dos apéndices, concentrando la discusión teórica más importante en el prefacio (donde explica su adopción de la "etnografía crítica"), el capítulo 9 (donde expone las conclusiones de la investigación y hace sus propias propuestas teóricas) y el Apéndice A (donde revisa los diferentes marcos teóricos, europeo-americanos y mexicanos, que nutren su trabajo). La parte central del libro expone el proceso y los resultados del trabajo de campo. El primer capítulo plantea los objetivos y preguntas de investigación. En el segundo capítulo hace una revisión histórica e ideológica de la educación secundaria en México. Este es un capítulo que probablemente resulte más interesante y necesario para los/as lectores/as de fuera de México pero que muestra, al igual que a lo largo del resto del trabajo, como Levinson ha sido capaz de profundizar en la investigación social y educativa mexicana e incorporarla a su bagaje teórico y de investigación. El tercer capítulo presenta el comienzo del trabajo de campo y el contexto geográfico, social e institucional donde se desarrolla la investigación. El cuarto capítulo pone el peso en los discursos institucionales de la escuela secundaria investigada, mostrando cómo se estructuran los horarios y rutinas del alumnado y cómo se construyen las relaciones y conflictos entre la escuela y las familias. Los siguientes tres capítulos examinan minuciosamente la cultura de los iguales en la institución escolar, explorando diferentes dimensiones de ésta. En el capítulo 5 el foco es la construcción y apropiación del "discurso igualdad" entre los y las estudiantes. El capítulo 6, por el contrario, se centra en la diferenciación social entre el alumnado y, para ello, amplía el foco de análisis a espacios extra-escolares como el barrio, la familia, el trabajo o los espacios públicos de ocio y consumo. El capítulo 7 analiza los grupos de amistad, como espacios de interacción e intercambio 'reales', que se forman en torno a la escuela. Cabe destacar que en este capítulo Levinson introduce el concepto de centro cultural para describir la estructuración de estos grupos de amistad. En mi opinión, este es un concepto que el autor explica y utiliza para su trabajo pero que tiene un potencial teórico aún por desarrollar y que no parece volver a recogerse más tarde en las conclusiones. El capítulo 8 presenta los resultados del seguimiento realizado a los participantes del estudio varios años después de terminar la secundaria y la finalización del trabajo de campo principal. Aunque este capítulo podría parecer el más débil desde el punto de vista metodológico, ya que se basa en entrevistas algunas de ellas incompletas o fragmentadas, por teléfono, etc. (los problemas 'habituales' en un seguimiento longitudinal), resulta ser uno de los capítulos que mayor calado teórico llega a tener - y lógicamente, estas entrevistas cobran esta relevancia gracias al trabajo de campo previo. Finalmente, como he dicho, el capítulo 9 desarrolla las principales conclusiones teóricas, de las que destacan dos: (a) varios aspectos de los conceptos de "resistencia" y "adaptación" tienen que revisarse para dar cuenta de la variabilidad y sutileza de los datos presentados por Levinson; (b) las teorías deben prestar mucha más atención, y concederles el valor analítico correspondiente, a los factores personales (e.g. tragedias familiares, migraciones, cambios repentinos, etc.) que configuran las trayectorias de vida más allá de los determinantes socio-económicos tradicionales. El libro se cierra con dos apéndices, el mencionado de revisión teórica y un Apéndice B que resume la biografía de los participantes en el estudio que no terminaron siendo "focales".

Entre los aspectos más positivos del libro yo querría mencionar dos. Primero, aunque esto no está necesariamente vinculado a la escritura de la monografía, el libro pone de manifiesto el talento como etnógrafo del Bradley Levinson. Muestra su capacidad para acceder y entrar en la vida social de varios chicos y chicas en plena adolescencia (casi todos los participantes tenían entre 13-15 años durante los años de la investigación), estableciendo relaciones diferenciadas, en contenido e intensidad, con cada uno de ellos/as. También destaca el proceso de acceso al campo, ya que debido al plan de trabajo que se organizó tuvo ocasión de documentar y analizar diferentes eventos anteriores al comienzo del curso escolar (algo que muchas veces no ocurre en las etnografías escolares), como el contexto de conflictividad laboral entre los docentes surgido el curso anterior o todos los trámites de selección y matriculación del alumnado. Finalmente, el estilo reflexivo y crítico por el que opta Levinson también se pone de manifiesto en el texto escrito, sin llegar a un extremo en el que sea la vida interior del autor el centro de la obra.

En segundo lugar, como ya he apuntado, Levinson (que ha nacido y desarrollado su trabajo académico en Estados Unidos) muestra que, como parte de su trabajo de investigación en México, se ha familiarizado con la investigación educativa y social de México. Esto es importante por varias razones. Por una parte, aunque es menos probable en este contexto de investigación, muestra como el 'antropólogo extranjero' ha evitado caer en un imperialismo intelectual fácil de cometer. Por otra, porque, precisamente, hay una tradición rica y consolidada en México de investigación etnográfica educativa que Levinson ha recogido e incorporado en su trabajo. Sin haber leído la versión en inglés del trabajo (Levinson, 2001), sospecho que esta incorporación profusa de autores/as mexicanos/as y latinoamericanas/os es un aspecto que ha cobrado más relevancia en esta versión en español. Así, si no fuera porque el propio autor habla de su vida en el libro y hace explícito su origen, yo, que no soy Mexicano, podría pensar que se trata de una investigación hecha "en y desde" México por alguien familiarizado con la literatura anglo-europea. Esta manera de enmarcar el trabajo por parte de Levinson no sólo es relevante como postura 'político-académica', sino que debería permitir que las conclusiones teóricas que Levinson propone tuvieran un impacto significativo en las teorías sociales manejadas e 'importadas' en Latinoamérica y España. Por ejemplo, yo aventuraría que algunos de los resultados que muestra Levinson pueden tener más aplicabilidad en la educación secundaria de España que lo que han descrito Willis (1981) sobre Inglaterra o Eckert (1989) sobre Estados Unidos y, sin embargo, son estos últimos trabajos los que normalmente son mencionados en la sociología y antropología educativa española. No obstante, este potencial puede no haberse realizado debido a lo que yo, y esto es una postura muy personal, considero debilidades en algunas de las decisiones tomadas a la hora de organizar el texto.

Como ya he señalado, el objetivo de Levinson era escribir un libro relativamente accesible que no estuviera sólo dirigido a un público académico-especializado. Para ello, ha desplazado a los márgenes del libro la discusión teórica y ha reducido algunos aspectos de su análisis que, nos dice, desarrolla en otros lugares. Sobre lo segundo, el aspecto que ha dejado sin examinar con detenimiento se refiere las dinámicas de género que se desarrollan en la vida social del centro y la localidad estudiada. Esta es una decisión eminentemente práctica y "comprensible", ya que el libro tiene más de 450 páginas en total y es obvio que algunos aspectos analizados por el autor debían ser filtrados. Levinson nos proporciona las referencias donde podríamos buscar sus análisis de las relaciones de género y, aunque suponga un esfuerzo adicional, es una salida viable. Además, aunque en varias ocasiones insiste en que ha reducido su discusión sobre las relaciones de género en el presente volumen, esto no quiere decir que la discusión del género este completamente ausente del trabajo. Hay partes del libro en que Levinson no tiene 'más remedio' que prestar atención a estos procesos y, en este sentido destaca la discusión del Capítulo 6 sobre los regímenes de género en las familias estudiadas.

Más problemática me ha resultado la forma en que ha presentado las conclusiones teóricas, ya que esto no afecta a la longitud del trabajo sino a la distribución de este. Las implicaciones teóricas básicamente se concentran en el capítulo 9 y el primer apéndice, mientras que a lo largo del resto del libro las implicaciones de los datos son muy limitadas o sutiles. Cuando yo estaba leyendo el libro frecuentemente hice apuntes y preguntas en los márgenes de las páginas entre lo que describía el autor y trabajos previos de este campo. En algún momento esperaba que Levinson también hiciera esta conexión e hiciera explícitas las implicaciones de su trabajo. Esto lo hace al final del libro, pero el problema es que, dada la densidad de los capítulos finales, resultan "abrumadores". Por ejemplo, el Apéndice A se presenta como una revisión general de los marcos teóricos y conceptos que nutren su trabajo. El resultado son unas 30 páginas en las que se revisan las tradiciones teóricas de Inglaterra, Estados Unidos y México y, además, se habla de la acción humana, la estructura, el discurso, la hegemonía, etc. Es decir, mucha información en muy poco espacio que sólo resulta comprensible si previamente se tiene un bagaje amplio en estos temas, pero que encuentro menos eficaz como capítulo divulgativo o introductorio. Además, en este apéndice Levinson no hace explícita la conexión entre sus propios resultados y las tradiciones que discute, cuando esto sería precisamente uno de los puntos más interesantes a desarrollar - ya que Levinson, en su trabajo académico, participa y contribuye activamente a estos discursos teóricos. El capítulo 9 se centra propiamente en la investigación y, aunque resulta más asequible dada una conexión directa con el trabajo previo, también resulta "duro". Para comprender sus argumentos tenemos que dar saltos hacia atrás a capítulos y momentos del libro donde se presentan los datos pertinentes para hacerlo. En ocasiones esto resulta costoso porque es mucha información la que presenta el libro (por ejemplo, algunas de las conclusiones más importantes se ligan al seguimiento realizado en el Capítulo 8 y estas quedan muy claras creo que sencillamente porque "están cerca" de las conclusiones). Yo habría optado por distribuir la discusión teórica entre las conclusiones y los capítulos de resultados relevantes; avanzando y retomando diferentes temas a lo largo del libro. Creo que esto no habría restado accesibilidad al libro, habría hecho la postura del autor más explícita antes de llegar a las conclusiones e incluso habría resultado más didáctico para los lectores y las lectoras no especializadas. En cualquier caso, esto es una preferencia personal que tiene que ver más con la forma que con el contenido o los objetivos finales del libro.

En resumen, se trata de un libro que al estar disponible en español y hacer una conexión entre distintas tradiciones académicas y mostrar una investigación ejemplar podría llegar a tener un impacto importante en la investigación educativa etnográfica hispana.

Referencias

Eckert, P. (1989). Jocks and burnouts: Social categories and identity in the High School. Nueva York: Teachers College Press.

Levinson, B. (2001). We are all equal: Student culture and identity at a Mexican Secondary School, 1988-1998. Durham, NC: Duke University Press.

Willis, P. (1981). Learning to labor: How working class kids get working class jobs. Nueva York: Columbia University Press.

Acerca del autor del libro

Bradley A. Levinson nació en Los Ángeles, California, y estudio su licenciatura en la Universidad de California-Santa Cruz. Luego curso la maestría y el doctorado en la Universidad de Carolina del Norte-Chapel Hill. Actualmente es profesor de Antropología y Educación en la Universidad de Indiana. La producción intelectual del profesor Levinson se ha centrado en el concepto de cultura estudiantil, en la adolescencia y la educación secundaria, el estudio de la relación entre políticas educativas y prácticas cotidianas, así como la experiencia educativa de los mexicanos inmigrados a EEUU. Ha publicado numerosos artículos y compilado varios libros sobre estos temas.

Acerca del autor de la reseña

David Poveda es profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Universidad Autónoma de Madrid (España). Sus intereses de investigación se centran en la diversidad cultural en el sistema educativo y la alfabetización, el discurso y el aprendizaje en diferentes contextos sociales. Aborda estos temas de investigación con metodologías de corte etnográfico y cualitativas.


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